MANIFIESTO A LA COMUNIDAD FILOSÓFICA DE MÉXICO:
La manipulación de las sociedades y de los individuos -como ya lo han manifestado grandes filósofos- es un fenómeno histórico y cultural atribuido a la naturaleza social del hombre. Podría decirse hasta cierto punto que es un fenómeno natural de las sociedades y de los individuos, pues cada ser humano conserva en su ser las tradiciones, los usos, las costumbres, las normas y valores, los conocimientos, las ideologías, las creencias establecidas en su sociedad. Por ello, el hombre es la memoria histórica, social y cultural del pueblo que lo vio nacer y crecer.
Bajo esta perspectiva, en la gran mayoría de los casos, el ser humano se convierte en un ser pasivo, puramente receptivo, que sólo le da sentido a su vida a partir de lo ya creado y establecido en su sociedad por otros, y en todo caso está ávido de las nuevas creaciones, de las nuevas modas. El sólo comprende, interpreta y actúa dentro del mundo como lo establece su sociedad.
Sin embargo, esta manipulación social hacia el individuo, aunque es asumida por la sociedad en su conjunto, regularmente es una imposición controlada por los llamados “grupos fácticos de poder” dominantes. Estos grupos marcan las pautas por los medios a su alcance de qué son las cosas, cómo, por qué, para qué, cómo debemos entenderlas, qué debemos saber y creer y qué no, qué debemos ser y hacer y qué no, siempre de acuerdo a sus intereses. Ellos son los que piensan, descubren y crean verdades y realidades y las establecen como paradigmas de vida por las cuales debemos conducirnos “para estar a la moda, a la vanguardia, para formar parte del desarrollo y del progreso humano”.
Con el impulso del modelo económico neoliberal en la década de los 80's, los grandes consorcios, los poderes empresariales y los monopolios, no sólo se han sumado a los grupos de poder tradicionales (los poderes del Estado, los partidos políticos, las instituciones religiosas, etc.) sino que han marcado las pautas de desarrollo, del progreso y el rezago entre los diferentes sectores de la población en los países capitalistas; y en algunos países como México, incluso han sido tan favorecidos que han desplazado los poderes federales y han marcado aún más los abismos entre las clases sociales, en donde pocos son los que tienen mucho y muchos son los que tienen poco. Por lo que éste modelo económico trascendió de lo económico al aspecto político, social, cultural y ontológico; Sin embargo, estos grupos de poder fácticos obedecen a un fenómeno mundial de globalización bajo los intereses de gobiernos y empresas trasnacionales, principalmente estadounidenses y de la Unión Europea, y a organismos internacionales como el FMI, el BM, la OCDE, entre otros.
Al controlar la economía, éstos grupos de poder controlan a su vez de manera directa e indirecta los modos de vida social e individual, deterioran la incipiente democracia eliminando e imponiendo gobiernos, sustituyen valores sociales, cívicos, culturales y morales, imponen modelos de vida a seguir: qué se debe ser y hacer, cómo y por qué, qué se debe saber y qué no. Así es que unos diseñan paradigmas de vida y otros las asumen como realidad propia, casi siempre de manera acrítica. Esta es la sociedad en la cual todos somos iguales, todos somos 'uno', como diría Heidegger porque no nos distinguimos unos de otros ni en nuestro modo de ser y nuestro modo de hacer, si acaso podemos elegir unos una cosa y otros otra de la gran variedad de lo que otros han establecido, al fin hay modelos establecidos para todos los gustos.
En estas condiciones pasivas, puramente receptivas del común de los ciudadanos, los poderes fácticos “nos dan la libertad” de elegir y marcar nuestras propias pautas de vida, pero siempre dentro de la variedad de lo ya establecido por sus intereses que funcionan como paradigmas, pero no hay cabida para las nuevas creaciones, modificaciones o propuestas distintas o contrarias a lo establecido, ya sea que hayan sido propuestas por un individuo aislado o por organizaciones sociales a los que llamarían 'grupos subversivos', ya que los ideales y paradigmas nuevos, diferentes o contrarios, las libres creaciones son duramente cuestionadas mediante sus principales aliados: los medios masivos de comunicación, y si así conviene eliminados por los grupos de poder mediante la descalificación social o fuerza pública.
En México, los medios de comunicación llevan décadas de manipulación y de alienamiento de la conciencia no sólo en los adultos, sino también, y más apropiadamente desde la niñez y la juventud por medio de la publicidad masiva de enajenantes que han hecho del mexicano 'un algo' fácilmente manipulable. Mediante la introducción de juegos computalizados cada vez más sofisticados, los niños se salen de su realidad para entregarse por horas y por completo a estos diseños virtuales de las máquinas. Ahora el niño ya no crea su propio mundo, sus juguetes con cañuelas de maíz, o carrizos de haba, ni siquiera se arrastra por el suelo rodando un carrito, esto ya es anticuado, obsoleto, la moda es guiar el juguete mediante un control remoto, y así la televisión, la radio y otros enajenantes. El trabajo mediante el cual el ser humano se vuelve creador de mundo, por el cual lo explora y comete errores y mediante ellos va aprendiendo, está desapareciendo. La comodidad, la pasividad, la no acción se ha vuelto ahora una 'virtud', no así el trabajo, la acción creadora y la emancipación.
Ahora el virtuoso ya no es el que resuelve problemas reales y de fondo, sino el que es competente y sirve para otorgarle ganancias al industrial o al empresario, saber trabajar es saber producir; o en el mejor de los casos es virtuoso aquel que no se priva de una vida pasiva y llena de comodidades, que ya tiene todo resuelto, que ya no tiene en que pensar, y que sabe “utilizar” el mundo, los recursos y los logros de otros para satisfacer sus caprichos, intereses y proyectos inducidos por la mercadotecnia ¿Por qué? Por que como diría Marx, ya lo alienaron, ya le mataron su conciencia y su autonomía, ahora vive de los demás y para los demás, vive de lo que otros crean, así sean ficciones, mentiras, manipulaciones que ofrece el mercado; el 'poder de consumo' es otra gran virtud en un mundo globalizado saber consumir es saber vivir, es estar a la vanguardia, a la moda, es transformarse y es saber 'progresar'.
Los medios masivos de comunicación, nuestros más cercanos guías, nuestros educadores asignados, nos entretienen divirtiéndonos en los shows de la politiquería nacional para que así tomemos parte por el pinto o el colorado, en las ligas de fútbol, las vulgares telenovelas o las sangrientas caricaturas. Los medios de comunicación son el campo de batalla en donde los grupos de poder juegan a ganar mayor número de conciencias enseñándonos a sentir, a pensar y actuar conforme a sus intereses, o sea fuera de nuestra propia realidad, porque entre más alejados estemos de nuestra propia realidad el ser humano es más susceptible de manipulación.
LA EDUCACIÓN EN MEXICO ES SINÓNIMO DE ENAJENACIÓN.
Para ir consumando esta indigna forma de vida, el gobierno mexicano ha impuesto recientemente una serie de reformas de Estado, entre las cuales destaca la “Reforma Educativa” basada en “Competencias”, que si bien es impuesta por el gobierno federal , es orientada -como ya se mencionó- desde el FMI y el Banco Mundial, legitimada en los Acuerdos de Bolonia y adoptada por los llamados países desarrollados y subdesarrollados.
La tendencia de la actual política educativa globalizada, de corte neoliberal fortalece nuestra dependencia y sometimiento a los intereses de grupos de poder nacionales e internacionales, sustituyendo los “aprendizajes para la vida” por “competencias para el trabajo y el desarrollo económico”, que si bien son importantes no son lo único ni lo primordial para la formación del ser humano ni para el desarrollo de un país. Esta Reforma ha impuesto Asignaturas que desarrollan habilidades técnicas, manuales y competencias requeridas por los poderes empresariales, es una educación técnico-economicista que forma a los jóvenes para ser “competitivos, es decir, para producir más en el menor tiempo y con los menores recursos, en puestos subordinados y poco remunerados, pero no tienen como finalidad proporcionar una educación integral al ciudadano ni para resolver los problemas, las necesidades e intereses como individuos ni como nación.
LA ELIMINACIÓN DE LA FILOSOFÍA DEL SISTEMA DE BACHILLERATO NACIONAL.
Para salvaguardar esta tendencia, se han eliminando Asignaturas humanísticas y filosóficas que desarrollan la reflexión, la crítica y la argumentación, y que indudablemente formarían parte del desarrollo humano, personal, profesional, social y laboral de los jóvenes y de los ciudadanos. En 2004 el entonces Subsecretario de Trabajo y Previsión Social, Francisco Xavier Salazar Sáenz, anunciaba “una política educativa que establezca las megatendencias mundiales congruentes con el proyecto de globalización para lograr que los egresados de las universidades sean útiles al sistema productivo, es decir, compitan por puestos de 'mano de obra' en las industrias o empresas, y que 'compitan entre sí' para ocupar los puestos... En ese sentido, no hay cabida para las carreras humanísticas, y principalmente filosóficas, porque no pueden ser el destino para toda la sociedad. Esto sólo pasaba en la época de los griegos, cuando se dedicaban a la filosofía pero tenían un ejército de esclavos trabajando. Hoy ninguna sociedad puede vivir sólo con filósofos; tenemos que buscar algunos pensadores, pero no todos pueden ser intelectuales. Por lo tanto, México requiere más técnicos y menos filósofos., por que desde ahora las plazas disponibles para los humanistas son escasas, o al menos tienen un nivel significativamente inferior a los puestos ofrecidos para científicos o técnicos” (Periódico La Jornada, 8 de febrero de 2004). Asimismo, el Plan de desarrollo 2006-2012 de Felipe Calderón, en su Objetivo 13, Estrategia 13.3 y 13.4 establece por ejemplo que la educación media superior deberá estar al servicio del mercado laboral y de la productividad económica, no de una formación científica, crítica y humanística: “Fortalecer la vinculación entre el sistema de educación media superior y el aparato productivo. Todas las modalidades de educación media superior deberán tener una salida efectiva al mercado laboral. Estas modalidades educativas deberán fortalecer la disposición y habilidad de los estudiantes para el empleo o el autoempleo…Impulsar una reforma curricular de la educación media superior para impulsar la competitividad y responder a las nuevas dinámicas sociales y productivas”.
Esta tendencia de educación neoliberal que reduce la formación integral del ser humano, atenta contra su dignidad y lo somete a la explotación, ya ha sido ya duramente cuestionada por gran parte de la comunidad filosófica nacional y en especial por el OFM. Su aplicación precisamente en el Nivel Medio Superior a través de la RIEMS, llevó a la SEP a desaparecer las humanidades y la filosofía en 2008 del Sistema Nacional de Bachillerato, y a pesar del gran movimiento filosófico nacional de 2009, y del compromiso de la SEP por reincorporar como materias básicas y obligatorias a la filosofía, la lógica, la ética y la estética en todo subsistema, firmando incluso un Acuerdo Secretarial y publicándolo en el Diario Oficial de la Federación, la SEP lejos de cumplir su propio decreto, se retracta en los hechos justificándose en una “no imposición hacia los subsistemas”. Yo le pregunto al Secretario de Educación Pública y al señor Felipe Calderón ¿por qué esta secretaría puede imponer la eliminación de las humanidades y la filosofía pero no su reincorporación? ¿Qué facultad tiene el Poder ejecutivo para decretar e imponer una Reforma Educativa en todos y cada uno de los niveles educativos, sin la aprobación del Congreso de la Unión como lo establece el Articulo 3o. de nuestra Carta Magna?
El interés por desaparecer las humanidades del sistema educativo y someter la educación al servicio de un sistema neoliberal y de globalización traerá como consecuencia la “deshumanización del humano”, es decir, la automatización, el sometimiento, la castración como conciencia creadora, artística y con dignidad ontológica y ética de los mexicanos.
Esta educación inducida y conducida convertirá a los ciudadanos en alguien fácilmente manipulable, productor de bienes y servicios bajo los criterios establecidos, seres alienados de su potencial humano como creadores de ideas y de mundo.
¿POR QUÉ LA FILOSOFÍA ES IMPORTANTE PARA UNA TRANSFORMACIÓN NACIONAL?
No obstante lo anterior, la filosofía es ahora más que nunca la piedra en el zapato para el sistema y los grupos de poder, ya que por su naturaleza racional y crítica, la filosofía no permite la manipulación, la imposición, la cerrazón y la unilateralidad, sino la apertura, la fundamentación, y la dialéctica; y ha sido y es, la clave para remover verdades establecidas por el poder, para transformar modelos, formas de vida y paradigmas sociales a partir de los principios de verdad, bienestar y justicia, que den un sentido más digno a nuestra vida.
La filosofía crea y recrea históricamente siempre nuevas interpretaciones de la realidad, y con ello, transforma a los individuos, a las sociedades, transforma al mundo. Todos los momentos más importantes de la historia humana fueron escritos a la luz de un pensamiento filosófico. Así, la filosofía liberó al hombre de los antiguos mitos que lo encadenaban a “verdades absolutas”; En la Edad Media, justificó racionalmente las dos grandes religiones del mundo: el cristianismo y el islamismo; enarboló desde el Renacimiento la emancipación de la razón humana que devino en las grandes creaciones artísticas, el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico que hoy tenemos; impulsó los grandes modelos sociales, económicos y políticos de la humanidad, entre ellos, el establecimiento de la república y la democracia; El pensamiento filosófico mexicano también estuvo presente en las formas de vida social, religiosa, política y económica de todas las culturas prehispánicas; los filósofos ilustrados cobraron vida en las acciones de Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez y J.M. Morelos; el positivismo de Gabino Barreda trajo consigo el desarrollo de la ciencia y el progreso; Detrás de las acciones de Madero, Zapata, Villa y Eulalio Gutiérrez estuvieron filósofos como Antonio Díaz Soto y Gama, Martín Luís Guzmán y José Vasconcelos, quien al lado de Antonio Caso y Samuel Ramos impulsaron la formación filosófica, educativa y cultural del México actual. En suma, la filosofía ha sido siempre, el espíritu de la historia humana.
Pero ahora que enfrentamos nuevos problemas mundiales y nacionales tales como la inseguridad social, laboral o política; el encubrimiento y prescripciones de las más grandes injusticias, el desmantelamiento de los derechos humanos, laborales, de salud y de una educación digna; la manipulación y enajenación social, la pérdida del sentido de la vida y de los valores, etc., nos preguntamos ¿dónde están los filósofos?
Es preocupante que “en tiempos de penuria” -como diría Heidegger- la filosofía la mantengamos -aún los mismos filósofos - al margen de nuestra realidad y de su naturaleza reflexiva, creadora y transformadora. Es momento de colocar a la filosofía en el lugar que le corresponde, y que salgamos de las aulas y los cubículos a las calles, a confrontar nuestras teorías con los problemas políticos, sociales, culturales, económicos, educativos, ecológicos, etc., y así darles su cause en la historia a la luz de la filosofía.
Aristóteles ya veía en la utilidad del pensamiento, la justificación misma de la filosofía, pues si bien es cierto que el conocimiento filosófico nace del asombro y la contemplación de la realidad natural y humana, éste encuentra su sentido en la medida que el hombre lo utiliza como una herramienta para vivir feliz, para controlar a la naturaleza, transformarla como diría Marx, o para prevenir y dominar como diría Comte.
Contrariamente a esta postura pragmática de la filosofía, en su Carta sobre el Humanismo Heidegger, deja ver que el pensar de la filosofía no está al servicio del hacer, porque el pensar es, ya en sí mismo, un hacer, el hacer que por sí mismo dignifica al pensar. Para Heidegger, el error de la metafísica tradicional fue colocar el sujeto frente al objeto para atraparlo en conceptos y definirlo, con el propósito de utilizar el conocimiento para prever, controlar, dominar, manipular, someterlo a la voluntad humana. El pensamiento y la filosofía simplemente es para Heidegger, colocarse abierto en la espera de que el ser se le devele, es una orientación de sí mismo hacia el ser y no hacia lo ente. El pensamiento se abre a sí mismo y deja en libertad al ser para que el ser se muestra en su verdad. Y estar en la espera no es estar al acecho, dejar en libertad no es someter o manipular. No obstante, aunque el pensamiento es conducido hacia el ser y no hacia el hacer con el ente, en la misma Carta sobre el Humanismo Heidegger deja entrever una ética, es decir, un hacer conducido desde el ser y no desde lo ente, un hacer orientado hacia lo abierto y no hacia lo ya dado o manipulado. El pensamiento es, en conclusión, para Heidegger, la conducción más fiel (e infiel) hacia la verdad del ser, y no descarta la posibilidad de que sea una orientación para un “hacer” en esa dirección, lo que él mismo llamaría una ética fundamental u originaria.
Sócrates también ve la utilidad del pensamiento no sólo para descubrir la esencia de las virtudes humanas, sino también para lograr en el ser humano un ser virtuoso; PENSAR-SER-HACER, son la figura tripartita de la filosofía socrática. La vida misma de Sócrates se ha convertido en un vivo ejemplo de esa congruencia tripartita. Es Sócrates quien destaca que la función, incluso pedagógica de la filosofía, no se queda en la especulación pura, o en el simple orientar para, sino en el hacer vivos los pensamientos en la propia existencia y la práctica humana. Por lo anterior, ni en el pragmatismo aristotélico, ni el utilitarismo socrático, ni en la metafísica Heideggeriana, cierran la posibilidad de que la conducción del hacer sea dado por el propio pensar, por el filosofar, sino es todo lo contario.
El problema que planteo, es que principalmente en la actualidad el filósofo no siempre es congruente con su actuar, es decir, no siempre hace lo que piensa -como Sócrates-, y toma la iniciativa siendo el ejemplo vivo y fáctico de su propio filosofar.
Los filósofos en México, nos hemos dedicado a escribir y enseñar en las aulas, pero no actuar en consecuencia y ser el ejemplo más fiel de nuestra propia filosofía. Difundir y actuar conforme a nuestro propio pensamiento, tanto en la esfera pública y en la esfera privada, nunca será una manipulación ni una actitud antifilosófica, sino por el contrario, será un acto de amor y de valentía en el que en congruencia consigo mismo uno mismo se dona a los demás y se somete al análisis y a la crítica, y finalmente se enriquece con otras posturas y otras formas de ver el mundo distintas. Y aunque quizá nuestro pensamiento lo tratemos de aplicar solo en nuestra propia vida, un filósofo no escribe o enseña solo para sí mismo, sino para los demás, para contribuir en la construcción de una sociedad.
Tomar la iniciativa de introducir a la realidad nuestro propio pensamiento, es contribuir de manera más eficaz a los cambios y transformaciones de vida, máxime si esta transformación es apremiante como en nuestro país. En este sentido, no coincido con el Dr. Mauricio Beuchot cuando hace alusión al Dr. A. Sánchez Vázquez diciendo “la filosofía no le toca dar recetas ni resolver problemas sociales concretos. Eso le toca al sociólogo, al politólogo, al economicista, etc. La filosofía sólo orienta, ilumina el camino” (Vargas, Gabriel y otros, La filosofía mexicana ¿incide en la sociedad actual?, Ed. Torres Asociados). Esto sería lo deseable, pero en nuestra sociedad mexicana, en donde la vida concreta de sus ciudadanos se diluye en los intereses de las trasnacionales y los grupos del poder, no podemos quedarnos expectantes, quedarnos en el análisis o hacer recomendaciones pero sin empezar a generar los cambios -si se puede- por sí mismo.
Por ello, considero que el pensamiento filosófico mexicano, que por su misma esencia es crítico, plural, transformador, no puede quedarse en sus escritos, que cuando bien nos va, sólo algunos los leen, sino que en estos momentos de crisis en todos los ámbitos de la vida como el que estamos padeciendo, debemos centrarlo en una transformación social radical de nuestro país, y no solamente educativa y cultural. Y cómo -tengamos por seguro- que nadie o quizá sólo algunos pocos estarían dispuestos a aplicar nuestras ideas en la realidad, es momento que los filósofos tomemos la iniciativa de darles vida y de iniciar una transformación radical del país, sometiendo a debate los múltiples problemas que aquejan al país, de perder el miedo frente al poder e ir en busca de estrategias prudentes para enfrentarlo. Pues la misma historia nos ha enseñado que la imposición y la manipulación tiemblan cuando se enfrentan a la razón.
PROPUESTAS FINALES:
¿Como podemos contribuir los filósofos en la transformación social de nuestro país?
MEDIANTE LA REALIZACIÓN DE UN MOVIMIENTO FILOSÓFICO NACIONAL:
1. En el ámbito de las Instituciones educativas.
a).- Impulsando una formación filosófica de calidad no sólo en la Educación Media Superior y Superior, sino también llevándola al Nivel Básico, (pre-escolar y primaria) y Medio Básico (Secundaria), tal como lo establece la UNESCO en su libro titulado: Filosofía: una escuela para la libertad.
b).- Incidiendo en los planes y programas de estudio de todas las carreras profesionales, en cualquiera de las instituciones universitarias y tecnológicas del país, en donde además de impartir materias filosóficas afines a las diferentes carreras, se cursen ética y lógica como materias universales, básicas y obligatorias.
c).- Intensificando una mayor investigación filosófica, promoviendo la creación de Institutos de Investigaciones Filosóficas para cada uno de los niveles educativos y en cada una de las áreas de la filosofía; asimismo, intensificando la investigación filosófica que sea útil y que brinde cobertura en todas y cada una de las carreras profesionales.
2. Difundiendo la filosofía en los diferentes ámbitos de la vida social y pública.
Si bien es cierto que la investigación y difusión de la filosofía dura y erudita de las elites intelectuales es indispensable para el desarrollo humanístico de una sociedad, igual o quizá más importante lo son las publicaciones para las grandes masas, finalmente el trabajo de un filósofo comienza a dar frutos cuando cobra vida en la práctica cotidiana de una sociedad. Y en esto si coincido con el Dr. Beuchot cuando dice: “Me parece que el mejor divulgador, es el que mejor conoce su disciplina. De otra manera, se abaratará la mercancía, y será de mala calidad, mientras que el buen conocedor, es el que mejor puede divulgarla, sin abaratarla. Es el que puede dar de manera sencilla pero sin perder la riqueza ni el rigor, las teorías filosóficas. Es el que más ha estudiado y las maneja con mayor soltura” (Pag. 66, Mauricio Beuchot, La función de la filosofía en México, en La filosofía mexicana ¿incide en la sociedad actual?, Torres Asociados). Por ello:
a).- Debemos salir de las aulas y los cubículos a las calles: en la presentación de obras literarias y teatrales, en las distintas manifestaciones artísticas, conferencias, realizadas en plazas públicas, parques y principalmente ir a las zonas rurales, mas apartadas y marginadas del país.
b).- Intensificar la difusión de reflexiones filosóficas sobre los diferentes problemas de interés social y diferentes ámbitos de la realidad a través de publicaciones de libros, pero a su vez, ganando espacios en los medios de comunicación social: artículos de revistas, periódicos, folletos, radio, televisión e internet; escritos en un lenguaje coloquial y ameno para ser entendibles por toda persona de cualquier nivel sociocultural.
3.- Insertándose en los espacios de la vida pública y de interés nacional. .
Crear las estrategias adecuadas y eficaces para insertar la reflexión filosófica en las discusiones, propuestas y decisiones de interés público nacional, tales como la política y el Estado, la política económica, los bienes y servicios de la nación, los recursos naturales y la infraestructura, la atención a los problemas sociales y de salud pública, de educación, de democratización del país y de los medios de comunicación, el estado de derecho, el rescate de la soberanía del país, el establecimiento de un Estado de bienestar, los avances científicos y tecnológicos, los derechos humanos, la atención a nuestros pueblos indígenas, la conformación de una nueva cultura con base en nuestras raíces históricas, etc.
Insertarse en la vida pública significa, en este sentido, tomar las riendas del país, para que desde un análisis diverso y profundo, podamos realizar las transformaciones que el país requiere de acuerdo a sus propias problemáticas, necesidades, intereses y contextos.
4.- REALIZANDO UN MOVIMIENTO DE UNIDAD NACIONAL.
Finalmente, propongo que la comunidad filosófica nacional convoque con carácter de urgente a todos los intelectuales de las diferentes áreas del conocimiento en México, a las principales instituciones educativas, a las Asociaciones, Sociedades, Confederaciones, Sindicatos de todos los rincones del país, a la realización un Congreso Nacional para el rescate de la Soberanía y el establecimiento de un Estado de Bienestar, en donde se analicen y discutan todos los problemas, necesidades e intereses nacionales, a partir del cuál se perfile la nueva nación que queremos, y se busquen las estrategias más adecuadas y eficaces para ponerla en marcha.
La sociedad mexicana no puede soportar tanto tiempo el peso de la pobreza, de la corrupción y de un poder asfixiante. La amenaza de un nuevo estallido social es inminente, los filósofos no podemos -en estos momentos- cerrar nuestros ojos a la realidad en que vivimos, no podemos solo quedarnos sentados en nuestros cubículos y nuestras aulas discutiendo a Aristóteles, Kant o Hegel, mientras, el país se desmorona en las calles. Ahora más que nunca, el país requiere que nuestras reflexiones bajen no solo a las vivencias de nuestros estudiantes, sino también con urgencia exige una incidencia real y efectiva en los diferentes sectores de la sociedad, y con ello hacer una transformación social a la luz de la filosofía.
México, DF., 18 de noviembre de 2010
AUSENCIO PÉREZ OLVERA*
* Docente Tutor Investigador del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal, Académico del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, Presidente Fundador de IXTLI-Asociación Mexicana de Profesores de Filosofía de Educación Media Superior, A.C., y Miembro Fundador del Observatorio Filosófico de México.
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