jueves, 11 de febrero de 2010

Competencias, humanismo y educación

Competencias, humanismo y educación[1]

Por: José Luis Montenegro Martínez

spider_1422003@yahoo.com.mx


“para educar a un joven se necesita la colaboración de toda la aldea”

Proverbio africano.[2]


Nosotros intentamos, alguna vez, incorporarnos a la educación por competencias, y nos encontramos con muchas dificultades, entre otras, las siguientes definiciones. Estas nos hacen confirmar nuestra ya demostrada oposición a dicho plan, pues parece como si fueran las únicas definiciones por contemplar de manera “oficial”. Así es que tenemos que…

“Competencia: Es la información capacidad adaptativa, cognitiva y conductual que se traduce en un desempeño adecuado a una demanda que se presenta en contextos diferenciados que conllevan distintos niveles de complejidad. Es saber pensar para poder hacer.”[3]

Sin embargo estamos conscientes que la educación es más profunda en su teoría y mucho más en la práctica, entonces haciendo un seguimiento del significado, que ya algunos maestros han adoptado como propias, por lo menos en el discurso:

“La palabra competencia tiene dos acepciones etimológicas:

Una primera que viene del griego agon y agonistes, y que se refiere a aquel que está preparado para ganar las competencias olímpicas, con la obligación de salir victorioso y, de ahí aparecer en la historia (Argudín, 2005).

Una segunda que se deriva del latín, competere, que quiere decir te compete, eres responsable de hacer algo.

En educación se utiliza el segundo significado, pues no basta con comprender conocimientos, hay que saber usarlos y aplicarlos con responsabilidad. Se debe crear la coherencia necesaria entre lo que se piensa, se dice y ase hace. La persona no es la que sabe, sino la que sabe pensar para hacer. Cuando trabajamos por competencias el estudiante se hace responsable de su propio aprendizaje, se hace competente, no necesariamente competitivo.”[4]

Por otro lado, la máxima institución educativa del país nos impone las dichosas competencias obedeciendo instrucciones de una organización internacional. La realidad educativa de la nación y sus necesidades quedan soslayadas y sigue la mata dando.

“La Secretaría de Educación Pública propone evaluación. Evaluar los planes y programas, a los alumnos, las escuelas, a los profesores. Poner a todos en una gran competencia, en donde las escuelas oficiales resulten en desventaja. ¿Y para qué evaluar?, acaso así resolverá el atraso de la educción en México?, ¿acaso la SEP se ha planteado para qué educar y considerar realmente la situación de millones de niños y de niñas que asisten a la escuela con la intención de “educarse”? La gran propuesta es evaluar; la evaluación como forma de control y medio de buen encauzamiento.”[5]

Nosotros estamos comprometidos con la definición de educación, cuando dice que es “crear la inteligencia de una nación”, o cuando pretende “crear mejores ciudadanos”, y la de “transmitir conocimientos y saberes de de una generación en generación”.

“¿Hemos pensado que a nuestros alumnos les podemos ofrecer las razones por las que nos empeñamos todos los días en nuestro trabajo, el conjunto de valores pocas veces apreciados y que sin duda dan sustento a nuestra actividad? Sí, podemos ofrecer el respeto a los otros y la inclusión de los que nos son diferentes; la promoción de una vida feliz, que es a final de cuentas la razón por la que educamos y por la que vivimos; una nueva ética en relación con la naturaleza; una educación artística que promueve la creatividad y es fundamental en la formación de las personas; la realización de actividades significativas para los educandos y los maestros, y la promoción del uso enriquecedor de la lengua.”[6]

Nuestro propósito es mejorar, ir hacia mejor, en una palabra evolucionar; bueno esa es nuestra postura…

“Todos los temas a desarrollar en la escuela, todas las meterías, la educación en general, debieran estar encaminados hacia este objetivo supremo: conducir a los alumnos a una vida digna y feliz, y esto tiene que ver con el respeto y el conocimiento de sí mismo y del entorno.”[7]

Pretendemos darle a la educación el matiz de la época que se esta viviendo y experimentando.

“cuando dice que si el lenguaje de la persona es amplio, es amplia su comprensión de universo, si por el contrario su lenguaje es limitado, así es como lo comprende.”[8]

No tenemos miedo de decir la verdad, adentro y fuera de los salones, luego por eso nos relegan académicamente, estamos conscientes, que a muchos colegas les podemos decir…

“Para educar hace falta valor,... valor en el sentido ético del manejo de valores dentro del aula, pero también en el sentido de valentía para realizar la labor educativa, pues frente a los niños, los maestros representamos a la humanidad en su conjunto; expresamos su cultura, sus logros y fracasos, y por eso no nos pueden ser ajenas las situaciones conflictivas del mundo.”[9]

Debemos ser fieles a los principios de la educación, preparar para resolver, enseñar para actuar:

“Debemos educar en lo universal y lo especifico, no olvidar nuestra historia ni las situaciones de nuestros pueblos. Debemos ser críticos y analíticos, para poder responder a nuestros alumnos”[10]

Debemos se congruentes ante nuestros estudiantes, pues el resultado es…

“dar clases con dignidad y conocimiento”[11]

Debemos dar a nuestros alumnos herramientas para defenderse de los embates de la vida, de la política, de la sociedad, de la economía y de la historia:

“La educción está en el centro de un “máquina histórica” que alimenta la reproducción ampliada de una visión del mundo, la cual es funcional a los intereses de las élites financieras, políticas y económicas.”[12]

Insistimos, debemos hacerles ver el lugar que ocupan en la sociedad, ya que…

“El hecho de que la mayoría de los estudiantes mexicanos de 15 años sólo están capacitados para situaciones en las que aplican algoritmos[13] o definiciones aprendidas de memoria puede ser explicado, en parte, por la pérdida de la “razón de ser” de los conocimientos enseñados en la escuela”[14]

Proporcionemos a los educandos una educación que tenga que ver con las vivencias cotidianas en su diversidad y la pluralidad de pensamientos, es decir, de mundos.

“nos olvidamos de preguntarnos qué son la matemáticas, para que sirven; nos enfocamos a enseñar sólo las que tienen que ver con los procedimientos y suponemos que los estudiantes podrán, por su propia cuenta, transferir sus aprendizajes la resolución de problemas, ya sea matemáticos o de otras áreas, del conocimiento.”[15]

Tenemos que facilitarles el conocimiento, no porque este se fácil, sin porque debemos de hacerlo de fácil acceso.

“Las matemáticas facilitan la creación de modelos simplificados de aspectos de la realidad que hacen posible interpretarlos de manera acotada y que, al mismo tiempo, generan problemas que pueden adecuarse a los distintos niveles específicos de los estudiantes, par despertar su espíritu crítico y creatividad.”[16]

Nuestros esfuerzos debe tener objetivos, metas; es decir un propósito, dentro de “la propuesta internacional”, la imposición institucional y de la impunidad educacional.

“¿Hasta cuando la educación mexicana seguirá estando al servicio de los más privilegiados? ¿Es que acaso después de casi un siglo Emiliano Zapata sigue teniendo la razón al decir que la educación en vez de igualar a los seres los hace más distantes? ¿Cuándo nuestras luchas lograrán que la educación esté al servicio del pueblo?[17]

Ya sabemos que toca perder ante los embates de las organizaciones internacionales, los gobiernos y las autoridades educativas; por lo tanto, por ese rumbo…

“Otro aspecto es el de las reformas. Las de secundaría, aprobada en el sexenio “del cambio” y la preescolar, basada en las vagas y polémicas competencias, de cuya aplicación poco se conoce -si efectivamente las pusieron en práctica, cómo la han vivido los maestros y estudiantes, qué dificultades encontraron-, pues no se ha evaluado a profundidad. Después, la Reforma Integral de la Educación Básica, hecha al vapor, sin la aceptación de muchos profesores y acompañada de una alianza con el sindicato que ha generado un gran repudio y corre el riesgo de no llegar a las aulas, aunque la impongan.”[18]

Con lo que ha estado ocurriendo, con lo que se ha implementado, lo que nos cabe esperar de…

las propiedades gubernamentales y las acciones efectivas hacen sospechar, justamente, que pueda estarse fabricando una crisis de la educación pública en México, orientada en facilitar la privatización,...”[19]

De la educación.

En las últimas fechas no hemos contemplado alguna mejora en al propuesta educativa pública nacional, y…

“Frente al peligroso desplome que se viene registrando en la educación pública, incluso reportada por organismos internacionales que a partir de estadísticas nos comparan adversamente con otros países más pequeños y de bajo desarrollo, nuestros gobernantes no han sabido que hacer más allá de declarar que todo anda bien.”[20]

En otro rubro la declaración latinoamericana es la siguiente:

“Durante siglos, los centros de poder imperiales y los estados nacionales de Latinoamérica han llevado acabo sobre los pueblos indígenas, campesinos y afro descendientes políticas de colonización, etnocidio, y asimilación cultural. Producto de estas acciones, la mayoría de nuestros pueblos se debaten en la marginación, exclusión e invisibilización; son relativamente pocos los que han conquistado su autonomía se aprestan a recuperar sus propios sistemas de gobierno, producción y educación.”[21]

Tenemos que retomar nuestras raíces, empezar de nuevo a reconstruirnos como individuos, como grupo, como sociedad (bueno este sueño sólo pueden tenerlo los humanistas)… y debemos tener en cuenta que…

“La educción tradicional... sólo prepara para hablar, explicar, demostrar”[22]

Es diferente a:

“observar, experimentar, realizar, hacer.”[23]

Debemos intentarlo, retomar una nueva educación…

“La que se encamina a la formación del buen ciudadano, capaz de servir al Estado, de un buen padre de familia, capaz de gobernar bien su casa, o de un verdadero hombre de Estado apto para hacer la dicha de la ciudad. Es una forma de educación que no hace hincapié en las conquistas de la ciencia o de las invenciones de la dialéctica. Es una enseñanza que incide más en el ámbito de la formación ética; es una educación que se basa en el principio que afirma: la formación moral del hombre no conociste en una enseñanza doctrinal, sino en la comunicación de un saber.”[24]

Tomar en cuenta y hacer caso de nuestro pasado.

“Por lo tanto, si se quiere llegar a la ciudad perfecta se debe tener una educación perfecta, pues de ella depende el que se alcance el ideal de la comunidad.”[25]

Debemos tener claro, más que nunca que…

“la educación es un proceso social”[26]

Tenemos que poner atención en que

“los fines de la educación, en su enfoque más amplio pueden ser expresados en un triple sentido: social, individual y trascendental”[27]

Buscar ideales, pues…

“El ciudadano tiene que llegar a sentir y a comprender que los esfuerzos en las realizaciones sociales sólo llegan a buen término si se consigue la cooperación y la solidaridad de todos, o aún mejor, si se logra la subordinación de lo individual a los objetivos del bien común. La simple coexistencia humana no es algo que se improvise, ni es algo innato; el individuo posee la capacidad para aprender a coexistir, pero precisa ser educado para ello, tiene que aprender y realizar ciertas virtudes y funciones. La educación tiene como fin último la politeia, porque no hay Polis genérica, sino está o aquélla, y una se diferencia de otra precisamente politeia o constitución.”[28]

Debemos comprender que, por su parte el

“El humanismo pone siempre de relieve el elemento espiritual de las cosas y por este medio desarrolla naturalmente la razón, que es el coeficiente humanos característico. No descuida la imaginación y el sentimiento, puesto que aspira a ponerse en armonía con toda la naturaleza del hombre. Esta visión comprensiva de las cosas, este amor de la totalidad es una nota característica del humanismo.”[29]

Nosotros estamos convencidos de que…

Debemos poner atención en la evolución del espíritu y sus manifestaciones, en los seres humanos y sus simples deseos…

“Para los humanistas, el hombre es fin en si mismo, y su propio perfeccionamiento, el fin supremo de la educación.”[30]

Debemos poner atención en la evolución del espíritu y sus manifestaciones, en los seres humanos y sus simples deseos…

“El humanismo insiste principalmente, en que cada individuo es dueño y autor de sus propios actos. La herencia y el medio ambiente, son factores que intervienen en la formación del hombre. Pero hay un tercer factor, que en último análisis es superior a cualquier otro. Este tercer factor que determina cómo el individuo ha de perfeccionar su propia personalidad y vivir una vida ordenada es el hombre mismo.”[31]

Cerramos esta disertación con el fragmento de un cuento:

“-Debéis ocuparos de enseñar a cada uno de los habitantes del pueblo que el verbo competir es un verbo que enferma, intoxica y mata. La solución es que todos aprendan a hacer un cambio de sílaba. Enseñarles que sólo con remplazar en la palabra “competir” la sílaba central “pe”, por la más que significativa sílaba “par”, crearemos una nueva palabra: “compartir”. Una vez que todos hayan aprendido el significado de este verbo, la competencia no tendrá sentido y, sin ella, el odio y el deseo de dañar a otros quedarán sepultados para siempre.”[32]

Nosotros no estamos en contra ni a favor de las competencias; simplemente las repudiamos. Queremos dejar en claro que estamos en contra de la forma de su institucionalización, de su oficialización, de su imposición.

Cuando nuestra cultura, historia, nuestra forma de pensar es rica en propuestas pedagógicas; tenemos todo un universo de propuestas, para mejorar la vida de los seres humanos.

“No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado; cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos.”[33]

Freinet.



[1] La educación, (del latín educere "guiar, conducir" o educare "formar, instruir") puede definirse como:

  • El proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
  • El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual. Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.
  • Proceso de socialización formal de los individuos de una sociedad.
  • La educación se comparte entre las personas por medio de nuestras ideas, cultura, conocimientos, etc. respetando siempre a los demás. Ésta no siempre se da en el aula.

Existen tres tipos de educación: la formal, la no formal y la informal. La educación formal hace referencia a los ámbitos de las escuelas, institutos, universidades, módulos.. mientras que la no formal se refiere a los cursos, academias, etc. y la educación informal es aquella que abarca la formal y no formal, pues es la educación que se adquiere a lo largo de la vida.

[2]Editorial. La otra educación, La jornada. Educación UACMNoviembre 2009, número 4, p 3.

[3]Laura Frade Rubio. Planeación por competencias. ed. Planeación educativa, p 7.

[4]idem p 13.

[5]Mauricio Santana Munguía. ¿Qué ofrecemos los maestros a nuestros alumnos?, educación UACM, número 4, noviembre 2009, p 6.

[6]idem p 6.

[7]idem p 6.

[8]idem p 6.

[9]idem p 6.

[10]idem p 6.

[11]idem p 6.

[12]Tanius Karam. La (des)educación de Noam Chomsky, La Jornada, educación UACM, número 4, noviembre 2009, p 7.

[13] En matemáticas, ciencias de la computación y disciplinas relacionadas, un algoritmo (del latín, dixit algorithmus y éste a su vez del matemático persa Al Juarismi[1] ) es una lista bien definida, ordenada y finita de operaciones que permite hallar la solución a un problema.[2] Dado un estado inicial y una entrada, a través de pasos sucesivos y bien definidos se llega a un estado final, obteniendo una solución. Los algoritmos son objeto de estudio de la algoritmia.[1]

En la vida cotidiana se emplean algoritmos en multitud de ocasiones para resolver diversos problemas. Algunos ejemplos se encuentran en los instructivos (manuales de usuario), los cuales muestran algoritmos para usar el aparato en cuestión o incluso en las instrucciones que recibe un trabajador por parte de su patrón. También existen ejemplos de índole matemática, como el algoritmo de la división para calcular el cociente de dos números, el algoritmo de Euclides para calcular el máximo común divisor de dos enteros positivos, o el método de Gauss para resolver un Sistema lineal de ecuaciones.

[14]A lo que Chevallard, investigador en didáctica de la matemática denomina “monumentalismo”, porque se pretende que el alumno coleccione saberes como si fueran monumentos “visitados”, aunque en este caso tomen la forma de actividades. Mónica Inés Sahulmaister. ¿Por que estudiar matemáticas en la escuela?, educación UACM, número 4, noviembre 2009, pp 8 y 9.

[15]idem

[16]idem

[17]María Elena Hope. ¿Se fabrica una crisis de la educación?, La Jornada, educación UACM, número 4, noviembre 2009, pp 10 y 11.

[18]idem

[19]idem

[20]idem

[21]DECLARACIÓN DE MÉXICO DE LAS AUTORIDADES Y REPRESENTANTES DE LAS UNIVERSIDADES INDÍGENAS E INTERCULTURALES DE LATINOAMÉRICA. Foro Latinoamericano de Universidades Inrterculturales, La jornada, educación UACM, número 4, p 13.

[22]Magda Riquer. La palabra de los niños: Célestine Freinet, La Jornada, educación UACM, número 4, noviembre 2009, p 14.

[23]idem

[24]Miguel Ángel Sobrino. Platón y Aristóteles, Educadores (Análisis comparativo de sus teorías educativas), UAEM, 1994, p 18 y 19.

[25]idem p 46.

[26]idem p 103.

[27]idem

[28]Idem p 104 y 105.

[29]José Guadalupe de la Mora Ledesma. Esencia de la Filosofía de la Educación, Editorial Progreso, 1986, p 233.

[30]idem p 234

[31]idem p 234 y 235.

[32]Jorge Bucay. Felicidad Compartida, Mente Sana, número 21, p 6.

[33]op cit de 20.

No hay comentarios:

Publicar un comentario