“LAS SECUELAS DE LA RIEMS, UNA ANALOGÍA EN EL NIVEL MEDIO SUPERIOR”
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Los principios básicos que guían la Reforma Integral de la Educación Media Superior, en el país y la población estudiantil que se encuentra en edad de cursarla, así como de los cambios que se han ido desarrollando en este nivel en años recientes y los que se observan en el mundo se desprende la siguiente propuesta curricular, la cual tiene como objeto la creación de un sistema nacional de Bachillerato en un marco de diversidad.
Este sistema busca fortalecer en un horizonte de mediano plazo, al identificar con claridad sus objetivos formativos compartidos, que ofrezcan opciones pertinentes y relevantes a los estudiantes, con métodos y recursos modernos para el aprendizaje y con mecanismos de evaluación que contribuyan a la calidad educativa, dentro de un marco de integración curricular que potencie los beneficios de la diversidad.
Para ello se proponen tres principios básicos:
1. Reconociemiento Universal de todas las modalidades y subsistemas del bachillerato.
2. Pertinencia y relevancia de los planes de estudio.
3. Tránsito entre subsistema y escuelas.
Es indispensable establecer las condiciones mínimas que las reformas deban asegurar. Este es el sentido, los principios básicos que se explican a continuación.
a) El reconocimiento Universal de todas las modalidades y subsistemas del bachillerato.
Actualmente existen uniones importantes entre subsistemas. Sin embargo existe una dispersión en los planes de estudio. Además, han proliferado las modalidades de oferta no escolarizadas o mixtas en ocasiones al margen de los principales subsistemas de la educación media superior (E.M.S.). Cada Institución ha realizado sus reformas y adecuaciones a sus programas de manera aislada, de tal forma que es difícil qué estudien y qué aprenden los estudiantes de E.M.S. todo depende de la escuela en la que hayan estudiado. Esta es una circunstancia que puede y debe ser superada.
La diversidad de planes de estudio y modalidades de oferta pueden conducir a la dispersión académica. La E.M.S. debe asegurar que los adolescentes adquieran ciertas habilidades comunes para una vida productiva y ética; es necesario asegurar que los jóvenes de 15 a 19 años que estudian, puedan adquirir un universo común de conocimientos y destrezas que todo bachiller debiera dominar en ciertos campos formativos o ejes transversales esenciales: lenguajes, capacidades de comunicación, pensamiento, razonamiento, comprensión de la filosofía, toma de decisiones y desarrollo personal, entre otros. Por ese motivo el modelo educativo que ofrece el Colegio de Ciencias y Humanidades, es una de las características que lo distingue de otros bachilleratos y lo hace innovador y de los más adecuados pedagógicamente en México y América Latina. Siguiendo con su modelo el Colegio también se preocupa por que el alumno se apropie de tales conocimientos como; el aprecio por el rigor intelectual, la exigencia o crítica y el trabajo sistemático, así como dimensiones éticas derivadas de la propia adquisición del saber, no están fuera del modelo educativo, al contrario, constituyen una vertebra fundamental que le permitirá al estudiante adolescente tener posiciones éticas y humanas mas adecuadas para nuestra sociedad.
Podrán emitir certificaciones parciales por tipos de estudio, por ejemplo aquellas que correspondan por haber recibido formación para el trabajo”.
Instituciones
Se debe subrayar la preocupación de que comunes que se mencionan contribuirán a las diferencias y a la diversidad de se consideren todas las opciones de la E.M.S en el marco de este principio. Estos estándares igualdades, en tanto que todas las opciones de la E.M.S. si bien podrán continuar trabajando según sus objetivos, también deberán alcanzar ciertos estándares mínimos para la competencia con los demás.
Y por otro lado, falta un criterio ético cuando se menciona; “que debe buscarse un acuerdo para que las Instituciones de educación Superior y los empleadores reconozcan el certificado de bachillerato como comprobación de que se han adquirido las competencias y los conocimientos establecidos. De esta manera, todos los egresados del bachillerato, independientemente de la institución o modalidad de procedencia, podrán ser aceptados en la educación Superior o en el mercado laboral, según sea su preferencia.[1]
B) PERTINENCIA Y RELEVANCIA DE LOS PLANES DE ESTUDIO.
La pertinencia y la relevancia deben ser aspectos debidamente considerados en los planes de estudio, y deben ser compatibles con las competencias y los conocimientos comunes que se establezcan como obligatorios para el bachillerato.
La pertinencia se refiere a la cualidad de establecer múltiples relaciones entre la escuela y el entorno. Si la educación no es pertinente habrá de generarse problemas diversos; uno de ellos es una mayor tendencia de los estudiantes a abandonar sus estudios que representan un beneficio insuficiente frente a la inversión de esfuerzos que supone.
Los planes de estudio deben atender la necesidad de pertinencia personal, social y laboral, en el contexto de las circunstancias del nuevo mundo actual, que es caracterizado
Por su dinamismo y creciente pluralidad. Los jóvenes requieren encontrar en la escuela un espacio significativo y gratificante en su vida. Es necesario investigar a fondo las causas de la deserción, pero de antemano podemos apreciar que una de ellas radica en que las escuelas no siempre ofrecen la motivación suficiente para permanecer. No sólo hay problemas personales y de contexto que influyen en la deserción; si la vida académica de la escuela no es suficientemente motivadora y desafiante, los jóvenes optarán por otros caminos.
Los programas académicos tienen que permitir a los estudiantes comprender la sociedad en la que viven y participar éticamente y productivamente al desarrollo de su región y país.
La pertinencia en los estudios implica dar respuestas a los jóvenes que desean seguir estudiando y a quienes requieren incorporase al mundo del trabajo. Asimismo, deben ser acordes con las exigencias de la sociedad del conocimiento y con la dinámica del mercado laboral, tanto regional como nacional.
Se debe reconocer que los distintos componentes curriculares tienen objetivos concretos, que incluyen el formar para la vida, el trabajo y los estudios superiores que no deben de perderse de vista, y que todos ellos deben poder responder a las circunstancias y a los cambios sociales y económicos.
Asimismo, los planes de estudio deben responder a las condiciones socioculturales y económicas de cada lugar. Debe haber la suficiente flexibilidad para que los alumnos aprendan la lengua y las matemáticas, por ejemplo, a partir de situaciones de su vida inmediata; por su parte, la formación para el trabajo, para ser exitosa, debería ser congruente con la demanda por lo que la vinculación con los empleadores es de suma importancia.
De manera global, un marco curricular y flexible que se reconozca la diversidad del alumnado de la E.M.S. y que atienda las necesidades propias de la población en edad de
Cursarla y fortalecerá la pertinencia de la educación que se oferta en este nivel. El diseño curricular debe considerar que la pertinencia se concreta en niveles que van de lo general a lo particular: al nivel sistemático, de subsistemas y de planteles.
Una de las ventajas de la creación de un Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad, es que se hace posible la portabilidad de los estudios, al tiempo que se preserva la identidad de las instituciones. Por ello no se debe esperar que las instituciones abandonen o modifiquen su vocación para permitir el tránsito. En el país existen distintos subsistemas y modalidades de E.M.S. que responden a diversas filosofías educativas y realidades sociales que no deben ponerse en tela de juicio. Los cambios que se proponen deben tener lugar en el marco de la diversidad.
Lo esencial es que los jóvenes encuentren en las diversas escuelas la posibilidad de formarse conforme a su propio modelo educativo de cada Institución, esto permitirá que los alumnos concluyan el bachillerato en alguna de sus modalidades, independientemente de posibles cambios de domicilio o de equivalencias de estudios, sin más limitación que la disponibilidad de lugares, según las políticas de cada Institución.
Es evidente que la RIEMS, su propósito es que cada Institución o modalidad en la que se encontrarán los estudiantes tendrían que hacer un esfuerzo adicional para ajustarse a las particularidades de la escuela en la que se encuentren.
Si bien es cierto que durante décadas en su momento, se estructuraron y consolidaron como opciones alternativas el bachillerato general y el tecnológico, desde hace años han operado una evolución que acerca a ambas opciones, tanto en México como en el mundo. Por una parte, la mayor parte de la Instituciones de educación profesional y tecnológica han reformado sus planes de estudios para que sus estudiantes obtengan el bachillerato. Por otro lado, las instituciones de bachillerato general que atienden a un número mayor de estudiantes, por ejemplo; el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM actualmente con carácter opcional la posibilidad de estudiar una carrera técnica.
Estos cambios se explican por la creciente necesidad de ofertar a los jóvenes, posibilidades que no tienen por qué ser excluyentes: por un lado prepararse para su incorporación al trabajo y por otro, ampliar sus conocimientos generales en la perspectiva de continuar estudios superiores.
[1] Los estudiantes enfrentarán requerimientos de ingreso específico en distintas Instituciones. Las reformas no pretende pasarlos por alto o restarles importancia, pero sí busca garantizar que todos los estudiantes, en tanto que tendrán una base compartida que se acreditará con el título de bachiller, no vean que se les cierran injustamente las puertas por el solo hecho que provengan de un determinado tipo de escuela.
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